Jugar con muñecas hace que el mundo sea más comprensible para los niños y les ayuda a desarrollar confianza en su capacidad para resolver problemas e interactuar con su entorno.
Independientemente del sexo del niño, estas habilidades son muy valiosas para su desarrollo. Cuando sostienen, alimentan o balancean una muñeca, los niños practican el ser cariñosos y cuidadosos con los demás. Los niños copian a los padres hablando por teléfono, cocinando, limpiando…el juego de muñecas no es diferente, es la manera que tienen de entender y comenzar a hacer su mundo practicando acontecimientos cotidianos.
Jugar con muñecas también permite preparar a los niños pequeños para la llegada de un nuevo hermanito. Los papás pueden enseñar las maneras de tocar y cuidar al bebé, así como, una vez que llegue el bebé, el hermano mayor puede cuidar de su propia muñeca junto a sus papás.
En el mercado existe un gran número de complementos para muñecas como cochecitos, cunas, armarios…que permitirán que la llegada de un hermanito sea más llevadera para los niños mayores. Por ejemplo, con un cochecito, los niños podrán pasear a su muñeca como harán sus papás con el nuevo bebé. Jugar con muñecas al final se convierte en un juego de imitación.